
Comer o beber apresuradamente, consumir bebidas gaseosas o la ingestión de medicamentos antiácidos, pueden intensificar los eructos. Los antiácidos reaccionan con los ácidos gástricos produciendo anhídrido carbónico, que es expulsado por medio de los eructos. Los eructos también pueden deberse a la ansiedad, si tragamos cantidades excesivas de aire cuando nos sentimos estresados. Los eructos acompañan a la indigestión, ocasionado a veces un círculo vicioso de ingestión de aire, molestias, eructos, alivio e ingestión de aire de nuevo.
Aunque es normal que el exceso de aire sea expulsado por medio de los eructos, en el caso de que estos sean frecuentes, persistentes y ruidosos, o si el aire expulsado es maloliente se debe consultar al médico.
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